UN SUSURRO
Hay una voz hecha susurro que está siempre presente, una voz suave como brisa, una voz permanente que, sin embargo, no se entromete sin permiso, no irrumpe sin nuestra venia.
Hay una voz hecha susurro, siempre de fondo que puede ser sintonizada en alguna frecuencia que en algún momento encontraremos.
Hay una voz hecha susurro, hablándonos bajito al oído, esperando que todo se silencie para ser escuchada.
Hay una voz paciente, que no se cansa en la espera y tiene tiempo suficiente hasta que lleguemos a ella.
Hay una voz hecha susurro que da golpecitos rítmicos de manera constante.
Ese susurro en medio de los ruidos parece imposible de escuchar, se pierde en el torbellino de nuestras emociones y nuestra mente frenética y se desvanece entre tantas tareas y responsabilidades.
Sin embargo, ese susurro cuando menos lo esperamos comienza a crecer, se agiganta cada vez que desviamos el camino, que permanecemos en situaciones que nos restan luz, que transamos nuestra esencia y cedemos nuestra paz.
Ese susurro crece vertiginosamente y llega a un punto que ya no es sólo eso, sino un clamor, un grito ahogado, una súplica gigante.
Llega un día que ese susurro convertido en un inevitable compañero nos penetra sin vuelta atrás.
Ese día es cuando nos encontramos con la voz de nuestra alma.
Ese día la voz de nuestra alma nos dice con ternura, pero firmeza, lo que no queríamos oír.
Ese día nos rendimos frente a esa voz, entregándonos al viaje de escucharla, escucharnos y liberarnos de otras voces que nos volvieron una irreconocible versión de nosotros mismos.
De pronto un día, de vuelta de ese viaje, ese susurro es nuestro mapa, nuestra guía, nos volvemos uno con el, abrazando su sonido, escuchando su latido, conectándonos a nuestra intuición.
Ese día volvemos a ser nosotros mismos y emprendemos el sendero de una vida creativamente en paz.
Tolska Barrientos Schlie
Maestra Gendai Reiki Ho
Terapeuta Floral
Numerología Terapéutica
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