¿QUE ES SANARSE?

¹ Sanarse es el proceso personal de mirar dentro sí, con decisión e incluso valentía, reconociendo heridas que aún, habiendo pasado muchos años, sangran en el alma todavía; de enfrentar situaciones emocionales presentes producto de esas heridas y/o de responder adecuadamente a los cambios y exigencias de cada etapa de la vida.


Se trata muchas veces de entender el impacto de vivencias dolorosas y que nos marcan de muy temprano: la pena guardada por una infancia vivida con carencias y dificultades; la ausencia de un padre  o de una madre; el abandono y la soledad; el maltrato psicológico y físico; un abuso; la enfermedad física o mental de un familiar; la adicción de una persona cercana.


Otras tantas se trata de conflictos más sutiles que también nos afectaron y entretejieron aspectos de nuestra personalidad: la instancia y frialdad afectiva de un progenitor; la manipulación constante de quienes nos cuidaban; la sobreexigencia impuesta por los padres o alguna institución; la competencia con el modelo de un padre o un hermano exitoso; los fracasos en las experiencias de pareja; las burlas o desprecios de que fuimos víctimas; lo temores a decir, a ser uno mismo; a perder el cariño por expresarse de manera distinta a la figura de autoridad.








² Sanarse es en parte ir a las causas del pasado y comprender el por qué de muchas cosas de mí; pero también es preguntarse del presente hacia el futuro para qué  me pasa esto. Se trata de un cuestionamiento trascendente que puede surgir de una crisis personal que nos punza y viene alimentada de cosas que sentimos con fuerza irrefrenable: tristeza, soledad, inseguridad, poca estima, culpa, temores, rabias o resentimientos, apegos enfermizos, desencanto, vacío, etc.


La respuesta a esta inquietud puede ser la más simple de todas: esto me pasa para que de una vez por todas me decida a ser feliz. Sí, a sí de simple, para ser feliz comprendiendo y curando los por qué (las causas) y  aprendiendo a cambiar  sus secuelas psicológicas y hasta físicas (los efectos), para alcanzar una existencia más plena y en equilibrio.


La terapia psicológica es el camino de sanarnos, reconociéndonos, es decir,   conociéndonos de nuevo desde el momento de la vida en que nos encontramos, para hacernos cargo, ojala de manera definitiva, de nosotros mismos y de nuestra tarea de alcanzar la propia felicidad; dejando de responsabilizar a otros por lo que hicieron o no hicieron, hacen o no hacen en favor de nuestro.


Desde mi experiencia como terapeuta me he convencido de que enfermamos en muchos sentidos por faltas y atentados contra el amor, tanto de otros como de nosotros mismos y que comenzamos a sanar cuando permitimos que el amor sane todas nuestras heridas. Y que así visto, una terapia es un acto de entrega, de valoración y de verdad a uno mismo; “un quererse” que va dejando atrás las huellas del sufrimiento recibido o permitido.


También aprendí que la terapia psicológica, cuando acoge la dimensión trascendente del ser humano, se coloca en una perspectiva espiritual que considera el encuentro y cercanía con la divinidad como el camino natural y más elevado de la evolución de la conciencia personal. Un camino que ilumina y muestra la verdadera dimensión de nuestra individualidad cuando entra con mayor fuerza en la frecuencia de la totalidad.

Y que, como la luz y la energía provienen de la energía inagotable del amor, sanamos verdaderamente cuando dejamos a Dios manifestarse plenamente en nuestra existencia.


Sanarse es entonces el proceso de dejarse amar por uno y por el Todo que habita en la intimidad de nuestro espíritu.


Hernán Díaz Bustamante

Psicólogo – Terapeuta Transpersonal






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