LA SEMILLA
La semilla que queramos plantar puede traernos frutos jugosos o ser estéril en su entrega.
Puede también crecer y convertirse en sombra frondosa o abarcar muchos lugares invadiendo espacios y rincones.
Podemos plantar semillas conociendo su propósito o plantar semillas cuya naturaleza desconocemos y son invisibles a nuestros ojos.
Podemos regar diariamente esas semillas u olvidarnos de ellas hasta que un día nos damos cuenta de que nada prosperó de ese lugar plantado.
Hay semillas que se comparten y multiplican en la generosa entrega de mano en mano.
Hay semillas que nos sorprenden creyendo que en medio de las embestidas perecerían.
Hay semillas que resilientes levantan su cabeza como ofrenda de vida y se vuelven las más perfumadas del jardín.
Algunas semillas crecen silenciosamente hasta que un buen día muestran su ropaje.
Hay semillas que son bendiciones en medio de la hambruna.
Hay otras que sirven sigilosas en una cadena de transformación, de sabores, olores y colores.
Algunas semillas nunca deberían ser plantadas, porque tarde o temprano cosecharemos su resultado, creyendo en la sorpresa del suceso y desconociendo el efecto de lo que hemos inconscientemente sembrado.
Muchas otras semillas deberían ser plantadas, regadas y cuidadas y aun cuando olvidemos el lugar que las sembramos, tarde o temprano esas semillas darán sus frutos.
¿Qué semillas deseamos plantar?
Somos el jardín de esta existencia, nuestra tierra ha sido sembrada con el germen del amor, basta mirar al sol para desplegar nuestra abundancia y verdor.
Tolska Barrientos Schlie
Terapeuta Floral
Maestra de Gendai Reiki Ho
Numerología Terapéutica
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