EL MILAGRO DE CADA NAVIDAD
No importa el cansancio con que llegamos al final del año
el dolor y la decepción que hemos cargado,
las pérdidas de seres queridos o las relaciones que terminaron,
los atentados y las muertes que escuchamos a diario,
la maldad o la violencia que rodea nuestros pasos,
las penas que ahogan nuestras noches o las rabias que nos distanciaron,
las sombras que cubren a los que amamos,
los desencantos de nuestros anhelos,
las cargas de nuestro trabajo,
la vejez que nos deja solitarios.
No importa que tan hondo sea el sufrimiento.
¡Dios vuelve a nacer de nuevo y en el momento exacto!
Simple, puro y esperanzado.
Frágil como un niño y al amparo de un pobre establo.
Alegre entre estrellas, pastores, burros y magos.
¡Dios vuelve a nacer con una sonrisa inocente y calor en sus manos!
Para que despertemos y sintamos a Jesús como un hermano
que camina desde entonces y para siempre a nuestro lado.
Recordándonos que recordarlo es el verdadero Milagro que trae a nuestras vidas la esperanza y el amor que necesitamos.
Hernán Patricio Díaz
Psicólogo - Terapeuta transpersonal
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