EL ESPEJO

Podemos mirarnos a nosotros mismos en muchas circunstancias, en muchos momentos y también en diversas superficies que pueden proyectar una imagen de quienes somos o creemos ser.

 

De pequeños nos miramos en los ojos y expresiones de nuestros padres, cuidadores o seres amados, creemos ser parte de esa imagen proyectada y según cuánto amor hayamos recibido, de vuelta aprendemos a amarnos, a amar a otros o esquivar miradas.

 

Luego, ese reflejo de lo que somos, deja de estar en la mirada de los otros y se mueve como un foco hacia un afuera, en esos paisajes nos vemos, nos movemos, nos reconocemos y podemos ver en esas imágenes, fractales de nuestro ser que nos agradan o que a veces deseamos esquivar.


 

En otro momento, descubrimos nuestra imagen y la sensualidad de los rasgos y podemos encantarnos con lo que eso produce en otros o también buscamos desesperadamente que encante a esos otros, perdiéndonos en el camino de volver a amarnos como somos.

 

Hay momentos, que, de un día para otro, descubrimos a veces con pesar y otras tantas con plena aceptación, los cambios y paso del tiempo, las arrugas de la faz, el blanco que se cuela en nuestra cabellera, la expresión modificada por el camino recorrido y también

las heridas y penas incrustadas en ese reflejo casual.

 

Gran parte de las veces, los otros son nuestro espejo, el espejo más nítido y claro de lo que vinimos a descubrir, ese reflejo colgado a los otros es algo que no podemos evitar,

quebrarlo sería recoger las partes en un futuro inevitable, cubrirlo sería sólo un tiempo de espera hasta que el peso de la tela cayera para mostrarnos nuevamente lo que creíamos haber dejado atrás.

 

Los otros, esos otros que nos rodean, son como un estanque de agua, son como un río, como las aguas del mar, nos mostrarán lo que debemos mirar, serán el espejo más fiel y eterno, que no sucumbirá al paso del tiempo.

 

Esos espejos vivientes, son un camino sagrado para despertar nuestra auto maestría, para ser lo que vinimos a ser, tomando en nuestras manos nuestra vida y el derecho divino que tenemos de ser luz.


El espejo de nuestra Alma nos mostrará la luz que somos hasta encandilarnos con su amor.

 

Tolska Barrientos Schlie

Maestra de Gendai Reiki Ho

TerapeutaFloral


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